Audífonos
Escuchaba radio con mis audífonos puestos, desde ahora trato de combatir la mala costumbre de tener el volumen muy alto, en clase aprendí lo que significa la presbiacusia, que es el deterioro de la capacidad auditiva. Generalmente eso sucede en el transcurso de la edad, a partir de los 70 años. Pero esto se acelera mientras uno se meta toneladas de música en alto nivel.
Es el sacrificio, a pesar que amo escuchar música a cada momento. Pero en fin, eso no importa.
El punto es que iba escuchando radio fm, que es muy comercial salvo algunas excepciones, pasaba de emisora para ver si había algo bueno, y me encuentro con "Radio Filarmonía" (radio de música clásica), no escucho tanto porque no se mucho de esta.
Aunque del infinito número de composiciones de este tipo, hay unas cuantas que cada vez que oigo, llegan a mi corazón, por ejemplo Beethoven, el Claro de Luna de Chopin, y por supuesto el Claro de Luna de Debussy, recuerdo que me pegué un tiempo con esta "canción"? composición, obra maestra, (disculpen la ignorancia), este Claro me lleva siempre a la nostalgia, es como leer un poema con un final feliz, un final que puede conducir a lágrimas de alegría.
Si alguien se pone a escucharla, sin ningún otro ruido distractor que contamine el momento y cierra los ojos, vera que detrás de aquel piano hay una transición de tristeza a dicha, satisfacción, plenitud, traducida en melodía, y eso es lo que más adoro sentir. Como si alguien luchara por todos los medios para lograr un objetivo "x" y lo consiguiera y lo sintiera con el alma, manifestándolo en canción. Así interpreto.
Es más hice un poema, pero hace mucho tiempo, tratando de reflejar lo que significa para mi. Tal vez lo suba.
Pero bueno, mientras la radio me llevó al 102.7 (Radio Filarmonía), me encontré con una pieza que inmediatamente me pareció cómica, ya que al instante me vino a memoria la película de Chaplin, The Great Dictator, de 1940 si no me equivoco, data de la época en que comienza la Segunda Guerra Mundial.
Es una parodia como obviamente Chaplin sabia hacer: ironizar,burlarse y tratar de brindar una lección ante los sucesos de esos tiempos, en contra del verdadero dictador y genocida alemán (Hitler)
Chaplin hace dos personajes, uno de ellos, el "gran dictador" del país imaginario de Tomania, Adenoid Hynkel. Y por otro lado el barbero judío. Es precisamente la parte en que más me cago de risa, (bueno una de ellas), cuando el barbero está en su quehacer diario, y en la radio de ese entonces transmiten justo "La Danza Hungara #5", de Johannes Brahms (el nombre lo descubrí después averiguando).
El barbero atiende a un cliente de una manera extremadamente graciosa, al compás de la música. La misma que escuché en la radio en ese momento.
Estaba en el bus como siempre, yendo a trabajar, al recordar esta escena, me carcajeé tanto que la gente me miró como un ser raro, al darme cuenta de esto, sonreí, baje la mirada, subí el volumen, para recomponer mis roches: seguí riéndome.
Comentarios
Publicar un comentario