Constelaciones en globos oculares

Como siempre a medianoche la copa inmensa esta sobre nosotros,
 boca abajo derramando malta la cual nunca termina de caer.

Salpicando vía láctea, o simplemente espuma nubosa,
oscura que tapa cualquier vista y tampoco termina de caer.

El aroma de ese oscurecer humedece el sentido del tacto,
 y la copa riega su contenido contrastando con la luz artificial.

Que fácil es caer sobre el verde fresco
 y dejarse atraer por esos muslos tonificados. 

Sencillo depositarse en el interior y empañar la piel ajena.

Como siempre la copa tan vacía como la mitad de una naranja
 brinda la posibilidad de hacerlo todo.
 Aún cuando sea tarde.

Es bueno desvestirse los sentimientos de vez en cuando,
o tal vez por un buen tiempo.

Mientras tanto aprovecharé los minutos alejado del tiempo y espacio,
 para planear mi próximo encuentro con tu cuerpo de seda.

Y la copa vacía apuntará siempre hacia nosotros.

estimado Van Gogh

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