Ese día de cada mes

Llego ese día y debo dejarte ir, trato de evitarte en todo sentido, porque soy susceptible ante cualquier indirecta, o directa. Aun presiona la boca de mi estomago. No hay día en que no deje de recordar momentos, frases, oraciones, expresiones, miradas. 

Perfumes que me llevan al mismo comienzo, y lugares que me dejan al final de la historia. Es difícil y agradezco estar la mayor parte del tiempo ocupado.

Son tantas partes de un todo, dispersadas en fechas, en los típicos picos y descensos, donde todo era posible, hasta que no lo era.

Hecho de menos el roce de los labios, la lengua, las manos y lo que implicaba, la conexión emocional, el amor tal vez puro por un instante combinado con las caricias, y el estupor.

Escenas que se dibujan y se esfuman, se funden en el aire y desaparecen.

Pienso y cada vez que me preguntan por ti, digo que no se nada desde hace tiempo, todos se sorprenden, dicen que estábamos muy bien. 

Lo cierto es que aun quiero un poco de nosotros, pero cada vez menos que antes. Solía decir que contigo estaba a un cincuenta por ciento, ya que tu completabas el otro. Ahora trato de individualizarme, y lo voy logrando, el porcentaje aumenta.

Siento que soy capaz de todo, la semilla del adiós crece a paso ligero, y la tristeza es menor. Volví a ser frió e irónico, extrañaba tanto esa parte mía. Esa parte que siente más seguridad. Verás: tu eras mi debilidad.

Y por eso me sentía limitado. Por ello cada afecto lo multiplicaba por mil. Pero esa semilla crece y cada vez es más fácil decir hasta luego.

Quisiera poder verte, tener una última velada, un último encuentro, llenarme de tu amor, tu cuerpo, sentirme como si fuera un último deseo. 

Pero no es lo correcto. 

Es esta fecha en particular y la aflicción aumenta cada minuto, pero sé que puedo superarlo, sé y quiero que sea así. 

Siempre digo también que tuvimos nuestro tiempo, y ese tiempo ya pasó.

La idea de este escrito era ser algo implícito, pero no me fue posible. 

Es hora de acabar, seria genial poder encontrarnos algún día, quien sabe, tal vez algo renazca.

Finalizo y te dejo ir, no porque quiera o pueda, si no porque debo.