Redacción en burbuja

Me emocionaba mucho cuando decías que íbamos a terminar juntos, con dos o tres hijos.

Modificaste mi rumbo por completo y a pesar de ello me sentía muy feliz.

Largas tardes esperando que salgas de clase, solo para reforzar mi presencia en tu vida.

Nunca me cansaba, abrazaste cada defecto, manía, y ni si quiera preguntabas, ¿porque haces así?, solo lo sabías y nuestras manos entrelazadas, los dedos entibiando cada atardecer, yo simplemente soltaba tu mano y procedía a abrazarte, tal vez era una manera de hacerte sentir que eras mía, y al revés.

Me sorprendiste, cuando a los siete meses llevaste una torta hecha por ti, no podía parar de besarte y sentirme completamente alejado de la realidad, solo era el momento vivido a tu lado lo importante.

Una burbuja inmensa, la cual extraño de algún modo. Me hacia levitar a cada paso que iba, te depositaste en mi parte irracional, clavaste tus raíces.

Tal vez ese día de diciembre se destruyeron los cimientos, se resquebrajaron a mitad de la noche, se vinieron abajo y aplastaron todo, absolutamente todo, para bien o para mal nada fue igual, mi mente trabajó de otro modo. 

Fue como reconstruir los escombros.

Así funciona, nunca deje de... mejor dicho siempre lo haré, este órgano que late es tuyo en sentido figurado.

Y lo será hasta que vendas el peluche gigante, o hasta que borres las fotos que aun tengo guardadas, tanto como los videos.  

O que destruyas el portarretrato, o poder abrir la alacena y no dudar en que taza escoger, la que tiene una imagen nuestra, o cualquier otra. 

No diré que deseo que encuentres a alguien, porque quisiera saber que algún día nos cruzaremos de nuevo y empezaremos de cero como si recién nos presentaran. Te encontraras conmigo. 

(día de sinceridad)

Frida Kahlo, por alguna razón me pareciste apropiada en este post

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