Desvariando

La somnolencia me incita a envolverme en sábanas, unos pocos tecleos implican la adicción por escribir. 

Soy un ser malo, se podría decir, malo por querer ordenar mi vida, y en vez de eso desordenarla.

Y me desfaso en tiempo de una manera extraña, siento un ápice de miedo, y mis orejas arden.

Atribuyo el malestar al sueño que me acoge.

Tanto como el mareo y la música irregular con la que los vecinos deciden celebrar que todos intentan dormir.

Sugestión desde los primeros años de vida, siempre esa capacidad de perturbar mi mente de un momento a otro.

Nada que no pueda resolverse, el mareo se calmará, y viviré para contar y para escribir, y para abrigarme antes de dormir. 

(enjoy)

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