Interrupción

Otra vez breve, las circunstancias me llevan al borde de una vereda, a ser seducido por la oscuridad y el contacto de dos hojas húmedas al ritmo de un viento agitado.

No hay frió en esta parte de la calle, una sensación de desvestir, y tranquilizar mi psiquis extenuada.

Palpar suaves extremidades sin ningún apego o conexión obligatoria.

Y ser breve ante una pisada o al sonido de un motor rugiendo.


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