Malestar
La intención era recuperar el tiempo relatando acerca del cuadernillo donde esbozo párrafos sin sentido como los que regularmente publico.
Esa era la voluntad hasta que muchos golpes de luz en la cabeza hicieron venir retazos de mi último fin de semana, partes que se podrían superponer como si fuera un sueño de esos que parece que duran mucho cuando solo es una hora.
Caminé mucho para ejercer mi deber cívico y obligatorio, cosa de la que estoy en contra, en fin. A la mitad de la ruta, ya que los carros van muy llenos y lentos como para ir en ellos decidí caminar el largo trecho hasta el colegio Mixto Jorge Chavez, a un par de kilómetros de mi casa (eso creo), calles surcanas se abrieron a mi paso, y me sentí un poco turista, entre vistosos barrios pavimentados y arenales que conectan avenidas paralelas, una mezcla de distintas condiciones.
Pude llegar a salvo aunque cierto malestar me aquejaba, como un pesar en el cuerpo que no era tan incomodo en ese momento.
Cumplí con votar por un candidato que no ganó, ya no importa, no me quejaré, no tiene sentido.
He acrecentado la costumbre de observar a las personas en sus hábitos comunes, como caminar, comer, sus manías, entre otros.
Y admito que también gusto de apreciar las curvaturas femeninas en su desplazamiento por la acera, es una cuestión de contemplar tanto el rostro de ojos y narices agradables y el caminar distinto de cada mujer que se pierde siempre a la distancia.
Eso no importa ahora, regresé a casa igual caminando, pero ese pesar comenzaba a calar con mayor profundidad, de pronto me vi sentado en un paradero imposibilitado de moverme, muy cansado, y adolorido, algo calenturado.
En mi poca energía alcance un bus que con mucha suerte encontré con un asiento vació, así pude dormir los pocos minutos que faltaban hasta mi casa.
Lo raro de todo ello es que en esos minutos durmiendo me envolvió la profundidad de un sueño, en donde me confesabas que habías besado a otra persona, y que es posible que sientas algo por él.
Recuerdo el latido lento de ese corazón, en ese lapso del sueño, luego desperté y mágicamente ya estaba a punto de bajar en mi paradero. fui testigo en predicción y adivinanza, lo que creí y termine por confirmar es que tus labios ya no son míos. Tal vez de alguien más.
(si hay errores, son los míos)
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