Poderoso y estupefaciente

En este preciso momento final del invierno,
amanezco tarde y sin aliento, 
escucho la música 
que me hace sentir vivo y a veces melancólico.


Leo mi horóscopo en busca de una señal 
que me saque de las supersticiones, 
escribo rápidamente en una hoja digital.


¿Para qué?

Me imagino en un país donde pueda ser sincero 
en lo que quiero, 
escribiendo del mismo modo que en este preciso momento, 
contigo durmiendo al lado, bajo sábanas, 
trasluciendo el color de tu piel.

Arrancándome del cerebro este fragmento de pensamientos, 
acomodándolos en la hoja como un tesoro invaluable, 
alimentando el núcleo de mi alma, 
donde el placer es casi divino y la existencia un regalo.


Quiero sentirme como cuando escucho esa música,
poderoso y en una nube estupefaciente, 
con el único objetivo de volver a tus brazos, 
y morder esas partes de tu cuerpo, 
mientras tu cabello cambia de colores, 
y los símbolos encuentran un significado. 



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