Diario

El diario me habla de tu suicidio,
me detalla los pormenores,
las zonas cercenadas
y del ser alojado en tus entrañas,
es tan lógico pensar que
luego de dos páginas, me habrás de olvidar.

El diario me dice que nadie está contento
pero eso ya lo sé,
un existencialista se pegó un tiro,
más páginas, un sorbo filosófico de café.

Entonces pienso que debo reírme,
mañana seguiré siendo mortal,
mis yemas están grises
y mi corazón lleno de pánico, más de lo normal.

Al fin y al cabo, creo que es la prensa,
la que lleva la masa a la histeria,
y la última página se supone que debe
recordarme que no soy el único desviando sus problemas.

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