Péndulo
En la orilla que da al péndulo me quedo y me quedo,
y su forma amenazante se acerca y se acerca,
medallón palpitante, avanza y avanza,
hasta que “algún día” ese “día llegue”.
No quiero verte, no de esta manera,
bajo el tumulto de emociones,
quiero estar esperando,
hasta saber más de mí.
Me atornillo al extremo,
a la incapacidad de ser capaz,
me cobijo en el hambre de nada
en el rito de la inutilidad.
Los pretextos son maldiciones,
hechizos que hieren el alma.
Pero a veces algo se aclara,
pero a veces algo se palpa.
Tengo en mí, mucho por trabajar,
y ese “mucho” se hizo un nevado,
y el grito intern: la avalancha.
Tengo mucho por hacer
y el péndulo no se detiene,
pero esta vez quizás sepa
qué es “eso” pendiente por hacer.
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