Servil

A veces sueño que la granada nos alcanza,
que pernoctamos al fuego de la flor violenta,
a veces todo se tiñe de aceite. 

A veces los fantasmas del dinero,
los delirios del féretro,
la abertura psicodélica. 

Tengo un corazón robusto,
taquicardio,
imposible,
estomacal. 

El sexo me permite reinar. 

A veces, interruptus,
el líquido venciendo la burocracia,
la granada escuece pero en buena forma.

La flor se entumece debajo tuyo,
de nuestro amor inflamado
y mi corazón servil. 








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